sábado, 28 de enero de 2012

Quiero decir que te amo y no lo digo...

                                                 -Diligis me plus his?...

Quiero decir que te amo y no lo digo
aunque bien siento el corazón llagado,
porque para mi mal tengo probado
que soy tibio amador y flaco amigo.

No amarte más es culpa y es castigo,
que de ansias de tu amor me has abrasado,
y con sólo dejarme en mi pecado
extremas tu rigor para conmigo.

Sólo quiero vivir para buscarte,
sólo temo morir antes de hallarte,
sólo siento vivir cuando te llamo;

y, aunque vivo ardiendo en vivo fuego,
como la entera voluntad te niego
no me atrevo a decirte que te amo.


Concha Urquiza.

viernes, 27 de enero de 2012

Anclado en mi tristeza de profeta...

Anclado en mi tristeza de profeta
sé cuánto ha de valer lo que hoy recibo;
cuánto valdrá después esto que vivo
sujeto a este después que me sujeta.


Mi plenitud en ti quedó incompleta
y espera un no sé qué definitivo.
Mientras, cerca de ti, escribo y escribo,
poeta al fin, en tiempo de poeta.


Sé cuánto ha de valer; eso es lo triste.
Valdrá más de lo mucho que poseo
el recordar lo mucho que me diste.


Profetizado don, con que falseo
esta presente gracia que me asiste
y esa futura gracia que preveo.


Rafael Guillén.

jueves, 26 de enero de 2012

Busco una enfermedad que no me acabe...

Busco una enfermedad que no me acabe
sino el dolor constante de la vida:
algo para fingir que estoy dormida
detrás de este temblor de escarcha grave.

Busco un agua cósmica que lave
la lágrima terrible que me oxida;
busco el morir distinto, y voy herida
por la pena vulgar que nadie sabe.

Y así me marcho, sonriendo a todos,
luminosa de gracia y desventura,
con el secreto horror hasta los codos;

callándome en el verso y en la prosa,
para que escriban en mi tierra dura:
esta mujer ha muerto de dichosa.


Carilda Oliver Labra.

lunes, 23 de enero de 2012

Miente mi corazón cuando te ama.

Miente mi corazón cuando te ama,
hecho intérprete fiel de mi sentido,
como el eco en abismo percibido
que el viento, no la voz, forma y derrama.

Este imperioso afán que te reclama
no en el centro del alma fue nutrido:
me ha turbado sin mí, como el sonido,
es ajeno a mi ser, como la llama.

Cuando la sangre el corazón satura
de sólo tu sabor -término medio
en loco silogismo de amargura-,

inaccesible al implacable asedio,
como trozo de plomo en agua obscura
húndese el alma en silencioso tedio.

Concha Urquiza.